A MODO DE INTRODUCCIÓN
No sé las razones, pero el azar (¿o la necesidad?) del presente blog, me va llevando, entrada tras entrada, a dirigirme desde mi sillón hacia islas, unas veces mediterráneas, otras caribeñas, algunas ubicadas en los mares del norte o, como en el caso que nos ocupa ahora, atlánticas: el bello y misterioso archipiélago de las Azores.
Al darle entrada en el blog al conjunto de relatos que conforman “Dama de Porto Pim” de Antonio Tabucchi, mentiríamos si dijéramos que nos hallamos frente a una novedad editorial. Antes al contrario, pues ya tiene sus añitos (1983), y es anterior a la publicación de la novela que le daría a su autor amplio reconocimiento internacional (nos referimos, claro está, a “Sostiene Pereira”). Pero releer este maravilloso librito bastantes años después de haberlo hecho cuando fue publicado en España, permite descubrir en él matices, profundidades y claroscuros, a los que la temprana edad de la primera lectura no permitía llegar. La melancolía se adquiere con el fluir del tiempo. Y es ahora cuando mejor podemos llegar a comprender a las ballenas, cuando más próximos nos sentimos a ellas.
BREVE SINOPSIS
Conjunto de relatos breves, fragmentos, transcripciones y apéndices componen Dama de Porto Pim, un bellísimo artefacto literario de estructura tan dispar como profundamente unitaria: complicadas historias de amor abocadas al fracaso; un importante poeta portugués del siglo XIX que, náufrago en el mundo, se suicida tras descubrir la existencia de la nada; viajes, imaginarios o reales, en pos de los últimos balleneros y de las escasas ballenas supervivientes; todo ello, y mucho más, se encuentra en las escasas 93 páginas de este pequeño, aunque intenso, libro.
("Dama de Porto Pim". Editorial Anagrama. Traducción de Carmen Artal)
HESPÉRIDES. SUEÑO EN FORMA DE CARTA
Así es el mar ignoto que se extiende más allá de las Columnas, infinito e igual a sí mismo, del que emergen, como la pequeña espina dorsal de un coloso desaparecido, pequeñas crestas de islas, nudos de rocas perdidos en el azul.
Archipiélago de las Azores
PEQUEÑAS BALLENAS AZULES QUE PASEAN POR LAS AZORES
También hay escollos, añadió. Movió el brazo hacia la izquierda y señaló dos excrecencias turquesa, como dos sombreros posados sobre el agua. Qué escollos más feos, parecen almohadones. (…) Dice que no son escollos, dijo dejando en suspenso a propósito lo que había sabido. El hombre la miró con aire inquisitivo y tal vez algo molesto. Son pequeñas ballenas azules que pasean por las Azores, exclamó ella.
También hay escollos, añadió. Movió el brazo hacia la izquierda y señaló dos excrecencias turquesa, como dos sombreros posados sobre el agua. Qué escollos más feos, parecen almohadones. (…) Dice que no son escollos, dijo dejando en suspenso a propósito lo que había sabido. El hombre la miró con aire inquisitivo y tal vez algo molesto. Son pequeñas ballenas azules que pasean por las Azores, exclamó ella.
Ballena azul frente a la isla Pico
OTROS FRAGMENTOS
Atracaron en Santa Cruz, un pueblo situado en el extremo septentrional de la isla, que poseía un pequeño puerto natural y que hasta el presente es el lugar más seguro para desembarcar en Flores.
Santa Cruz das Flores
Desde Santa Cruz emprendieron un viaje por la costa, a pie y en palanquín, hasta Lajes de Flores, a unos cuarenta kilómetros de distancia, porque querían ver una iglesia que habían construido los portugueses en el siglo XVII.
Lajes (Iglesia matriz)
Como todas las demás islas del archipiélago, Flores es de formación volcánica, (…) una mole de lava negra en medio del océano. (…) los dos ingleses atravesaron un paisaje increíble: un suelo de pizarra florida en el que súbitamente se abrían tremebundos abismos, precipicios, abruptos acantilados sobre el mar.
A pesar de la lejanía y de la enorme soledad, San Miguel era, entre todas las islas cálidas del Atlántico, la única que aseguraba una constante comunicación con Inglaterra. (…) San Miguel era entonces un enorme naranjal que abarcaba toda su extensión y los naranjos llegaban hasta la orilla del mar.
Isla Sao Miguel
A finales del siglo XIX, Alberto I, príncipe de Mónaco, pasó por estas islas a bordo de su “Hirondelle”. En estos mares realizó muchos de sus excelentes estudios oceanográficos (…)
Levantamos los vasos en un brindis por el viaje. Que tengáis buenos vientos, les deseo, ahora y siempre. Rupert (…) introduce una cinta en el aparato estereofónico. Es el Concierto K 271 para piano y orquesta de Mozart, y sólo ahora comprendo por qué el barco se llama “Amadeus”.
(Maria Joao Pires, piano)
Para los navegantes que recalan en Horta es habitual dejar en el dique del muelle un dibujo, un nombre, una fecha. Es un muro de unos cien metros de largo, donde se superponen dibujos de barcos, colorees de banderas, números, frases.
En julio de 1895 los vientos llevaron hasta Horta al capitán Joshua Slocum, el primer navegante solitario alrededor del mundo. Su barco se llamaba “Spray”, y viéndolo en fotografías parece una barca tosca e insegura, más apropiada para una navegación fluvial que para un viaje alrededor del mundo.
Joshua Slocum y "Spray"
“Peter’s Bar” es un café del puerto de Horta, cerca del club náutico. Es algo intermedio entre una taberna, un lugar de encuentro, una agencia de información y una oficina postal. (…) Y como los navegantes saben que Faial es un punto de apoyo obligatorio y todos pasan por aquí, “Peter’s” ha pasado a ser el destinatario de mensajes precarios y venturosos que de otra forma no tendrían otra dirección. Del tablón de madera del “Peter’s” penden notas, telegramas, cartas a la espera de que alguien venga a reclamarlas.
Peter's Bar (interior)
La mañana del once de septiembre de 1891 salió de su casa de Ponta Delgada, bajó a pie la empinada calle sombreada hasta la Igreja Matriz y entró en una pequeña armería de la esquina.
Casa de Antero de Quental en Ponta Delgada
Luego cruzó la franja costera y entró en la plaza de la Esperanza, rodeada de esbeltos plátanos. (…) Atravesó la plaza y se sentó en un banco bajo el fresco muro del convento de la Esperanza, donde había un ancla azul dibujada sobre la pared encalada.
Convento de la Esperanza
ALTA MAR
La isla de Pico es un cono volcánico que sobresale de repente del océano: no es más que una elevada y abrupta montaña posada sobre el mar.
El pequeño ferry atraca en el embarcadero de Madalena, es domingo y muchas familias se desplazan entre las islas más próximas con canastas y fardos.
En Lajes hay un pequeño museo de ballenas y yo quiero verlo. (…) El museo de las ballenas está en la calle principal, en el primer piso de una noble casa restaurada.
Museo de ballenas (Lajes)
Las chalupas balleneras, que están construidas admirablemente respecto a la velocidad, están pertrechadas de velas, de remos, de pagayas, de un timón normal y de un remo-timón.
DE UN REGLAMENTO
En Horta, el primer domingo de agosto, es la fiesta de los balleneros. (…) Luego se organiza una procesión que asciende hasta el promontorio que domina la bahía, donde está la capilla de Nossa Senhora da Guía.
Capilla de Nossa Senhora da Guia (Horta)
DAMA DE PORTO PIM
Frente a nuestra casa había una atafana, en esta isla se llamaba así, era una especie de noria que giraba sobre sí misma, ahora ya no existen, te hablo de hace muchos años, tú todavía no habías nacido.
Lindísima entrada, Ismael. Continuamos coincidiendo en gustos muy a menudo. Encontré este tesoro de Tabucchi en la Feria del Libro de Segunda Mano y Ocasión, el año pasado. Y fue una verdadera delicia. A veces hay que dejar de buscar en las mesas de novedades de las librerías y hay que vagar más por las bibliotecas o las librerías de lance. Un abrazo,
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Marta, por tu cariñoso comentario. Espero seguir coincidiendo con tus gustos (aunque en mi próxima entrada de mañana el libro elegido no sea tan lírico, melancólico y poético como la "joyita" de Tabuchi). Un abrazo.
ResponderEliminarSostiene Tabucchi que en el ignoto mar, más allá de las Columnas, hay una isla en la que se levanta el templo de las "Maravillosas Moradas". Allí, al parecer, habita el dios de la Felicidad, pero la felicidad del que ha comprendido tan plenamente el sentido de la vida que para él la muerte ya no tiene ninguna importancia; y por eso los pocos elegidos que van a rendirle honores ya no vuelven.
ResponderEliminarBuen viaje, maestro, por el mar de las Hespérides, y que otro dios, el del olvido, no permita nunca que te pierdas en la niebla de nuestros corazones.
Ha emprendido el "último viaje" a una hora demasiado temprana. Ha sido el único error de este gran viajero. Nos queda el consuelo de su reciente publicación en Anagrama: "Viajes y otros viajes"
Eliminar"Cada lugar al que llegamos de viaje es una suerte de radiografía de nosotros mismos (...) Lo llevábamos dentro y un día, por casualidad, llegamos hasta él" (ANTONIO TABUCCHI: "Viajes y otros viajes". Ed. Anagrama, 2012)
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